Queda
patente que los ojos nos delatan, y ojalá fuera del todo cierto eso de que los
ojos son las ventanas del alma.
Porque hay
miradas en las que perderse, donde encontrarse, donde buscarse, algunas te dan
la vida y otras te matan.
Hay miradas
profundas como pozo sin fondo, hay pupilas que si se posan en ti detienen el
giro de este mundano mundo.
Porque es un
arte aquello de mirar a los ojos, para que vivan los momentos eternos que duran
tan sólo un sólo segundo.
Por los
cruces de miradas sin pasos peatonales.
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