viernes, 21 de febrero de 2014

La religión de los mediocres



Hoy me permito el lujo de citar un fragmento de Carlos Ruiz Zafón en el cual se ilustra muy acertadamente una de esas enfermedades que parece nunca podrán ser erradicadas, y que por desgracia también se encuentra extendida y arraigada a lo largo y ancho de la geografía española, siendo casi tradición.

“- La envidia es la religión de los mediocres. Los reconforta, responde a las inquietudes que los roen por dentro y, en último término, les pudre el alma y les permite justificar su mezquindad y su codicia hasta creer que son virtudes y que las puertas del cielo sólo se abrirán para los infelices como ellos, que pasan por la vida sin dejar más huella que sus trapaceros intentos de hacer de menos a los demás y de excluir, y a ser posible destruir, a quienes, por el mero hecho de existir y de ser quienes son, ponen en evidencia su pobreza de espíritu, mente y redaños. Bienaventurado aquel al que ladran los cretinos, porque su alma nunca les pertenecerá.”
(‘El juego del ángel’, Carlos Ruiz Zafón)

Otro punto más que añadir al envidiable (nunca mejor dicho) currículum de valores que poco a poco va forjando con el paso de los años esta nueva sociedad moderna con otra escuela diferente, donde la honradez, la nobleza y la humildad parecen no tener cabida, donde reina la codicia, el desinterés es un exiliado, ayuda es una palabra hueca y quien no roba papel de colores es sólo porque no puede.

viernes, 7 de febrero de 2014

Coordenadas desordenadas

"Se me caen los motivos, se me escurre de las manos, buscando la perfecta transición sin ayuda de bálsamos...

Será que mi brújula ha perdido el Norte, será que no sé a dónde vamos"



domingo, 2 de febrero de 2014

El olor de mis recuerdos



A mí mis recuerdos me huelen a papel de periódico, ese olor con regusto a Domingo.
Olor a periódico, a las cosas que justo ese día ocupan portada principal en él y de las que poco a poco nos ocupamos de ir amontonando en una esquina en una pila que va cogiendo polvo y se termina dibujando color gris.

Periódico que al leer nos deja una ristra de pensamientos y sensaciones (al menos durante un instante), de la misma forma que al cogerlo y pasar sus hojas nos impregna de un olor que se te pega en las manos y hasta se va contigo impregnado en ti, y tú en él.

Olor a periódico pasado, que deja la misma sensación que observar una tarde de otoño soleada a tramos estratégicamente, una de esas tardes cuando los árboles ya han mudado y el viento juguetea con las hojas caídas.