martes, 24 de diciembre de 2013

365 días con menos de 21 g de alma



Día a día golpea la cruda realidad de forma más dura… día a día mellando tu cabeza, de forma imparable y echando raíces oscuras, la triste certeza que sin querer aún pongo en duda.
Daría lo que fuera por una de esas tardes dibujando, con los pies cerca del brasero… pero esta vez sin el tic-tac de eso que a todos nos mata: el tiempo.

Hoy vuelvo a revivir la sensación de tener un nudo en la garganta, el estómago y el corazón. Con la cicatriz bajo la piel me queda el consuelo de que puedo verte en otros ojos, de que de alguna forma pude hacerte feliz.

Gracias por tu ejemplo, por tu lección de vida, gracias por haber existido.